Existe la falsa creencia que las personas que tienen problemas con el alcohol consumen todos o casi todos los días. Este mito suele aparecer en frases como “yo no tomo todos los días” o “igual estuve un tiempo sin consumir”.
Aunque la frecuencia con que tomamos puede ayudarnos a entender la importancia que tiene el consumo en la propia vida -o en la de alguien más- una gran cantidad de las personas que han llegado a desarrollar una dependencia con el alcohol -u otras drogas- concentran el consumo en algunos días de la semana y muchas de ellas han experimentado la capacidad de detenerse totalmente por ciertos periodos de tiempo.
De hecho, gran parte del trabajo terapéutico con personas que quieren dejar de consumir consiste en ayudarlas a identificar y aprovechar la capacidad disponible en ellas -y su entorno- para lograr sostener la decisión de detenerse por un tiempo más largo de lo que ya han logrado.
Y entonces ¿cómo sé si tengo que preocuparme?
La frecuencia con que alguien consume es sólo un indicador de un posible problema. Por sí solo no lo confirma ni lo descarta.
Junto con la frecuencia es conveniente considerar la cantidad habitual de consumo, el tiempo que se lleva consumiendo, la edad de inicio, así como el hecho de sumar el consumo de más drogas.
Al mismo tiempo, para reconocer la existencia de un problema es fundamental:
- Hacerse una idea del grado de control que se tiene respecto de cuándo y cuánto consumir
- El nivel del prioridad e interés que tiene el consumo en la vida, las actividades relacionadas o las que lo favorecen.
- El nivel de consecuencias negativas que alguien está dispuesto a aceptar y aun así seguir consumiendo de la misma manera; costo económico, tiempo invertido, efectos del consumo en otras áreas de interés, problemas interpersonales, problemas legales, etc.
A partir de lo anterior es importante enfatizar que reconocer la existencia de un problema con el consumo es difícil, especialmente en etapas tempranas. El desarrollo de algún tipo de problema relacionado con el consumo es en general progresivo y suele ser gradualmente normalizado por quien lo desarrolla y/o las personas que l@ rodean.
Aún para profesionales de la salud no entrenados suele ser difícil identificar la existencia, gravedad o prioridad por hacer algo respecto del consumo cuando se ha vuelto problemático.
De esta manera, muchas personas consultan con un especialista cuando el problema ya es evidente por la gravedad de las consecuencias que ha significado para ellos mismo u otros.
Cuando se tiene la suerte de identificar una primera señal es razonable tomarla con la importancia que merece.
Psicólogo José Domingo Salvo
Equipo Psiquiatras Online