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Sobrecarga de información y su impacto en la ansiedad

Vivimos en una época donde la información está disponible las 24 horas del día. Noticias, artículos, mensajes, videos, redes sociales. Todo compite por tu atención. Y aunque el acceso al conocimiento es positivo, se convierte en una fuente constante de ansiedad cuando la mente ya no tiene espacio para procesar tanto estímulo.

La sobrecarga de información ocurre cuando recibes más datos de los que asimilas. Tu cerebro, saturado, empieza a sentirse abrumado. Esto causa dificultad para concentrarte, tomar decisiones o descansar. Te cuesta desconectar porque siempre hay algo más que leer, revisar o entender.

Este exceso también genera una sensación de urgencia constante

La idea de que necesitas estar informado, al día o actualizado se convierte en una presión silenciosa. Ya no consumes información por necesidad, sino por ansiedad. Sientes que si no lees todo, algo importante se te escapa. Y eso alimenta el miedo, la inseguridad y el agotamiento mental.

La ansiedad por información se manifiesta como hiperconexión. Saltas de una app a otra, cambias de tema rápidamente y tu atención se fragmenta. Esta dispersión no solo te cansa, también debilita tu capacidad de estar presente. Te desconectas de lo que vives, porque tu mente está atrapada en el flujo constante de estímulos.

Además, mucha de la información disponible es contradictoria, alarmista o poco confiable. Esto aumenta la confusión y el malestar. No saber qué es verdad o qué hacer con tanto contenido genera frustración y parálisis. En vez de sentirte más claro, te sientes más perdido.

Para reducir este impacto, es fundamental poner filtros. No todo lo que circula merece tu atención. Elige conscientemente qué leer, de quién, y en qué momento. No se trata de aislarte del mundo, sino de cuidar tu energía mental. Establece límites claros. Evita revisar noticias o redes al levantarte o antes de dormir. Crea espacios de desconexión total, aunque sea por unos minutos al día.

También es útil volver a lo simple. En lugar de acumular datos, escucha lo que sientes. ¿Qué necesitas en este momento? ¿Realmente te sirve esa información o solo estás tratando de calmar una ansiedad interna? La pausa es más poderosa que el exceso.

Y si sientes que estás perdiendo el control, que la ansiedad te supera o que no puedes dejar de consumir contenido, hablar con un profesional ayuda. Muchas veces detrás de esa necesidad de saberlo todo hay un miedo más profundo que necesita ser escuchado.

Tu mente no fue hecha para absorberlo todo. Fue hecha para vivir, reflexionar y estar en paz. Cuídala.

Equipo Psiquiatras Online

 


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