Todo el mundo conoce al menos un perfeccionista. Son críticos con su trabajo, casi hasta el punto de criticar. También son más propensos a sufrir trastornos de ansiedad, según un creciente cuerpo de investigación. La naturaleza de los perfeccionistas los hace especialmente propensos a la enfermedad. Se puede hacer.
Viendo el perfeccionismo de cerca
En la superficie, el perfeccionismo puede no parecer algo tan malo. Te mantiene enfocado y motivado. También le ayuda a producir de manera constante un trabajo de la más alta calidad.
Por otro lado, también tiene el potencial de tener un gran impacto psicológico. Además del alto estrés, los estándares increíblemente altos que los perfeccionistas se imponen a sí mismos pueden conducir a un sentido distorsionado de la autoestima. Y eso, a su vez, puede convertirse fácilmente en un trastorno de ansiedad.
Tampoco es solo ansiedad. En la investigación médica, el perfeccionismo se ha relacionado con muchas otras enfermedades mentales, incluido el trastorno bipolar, la depresión mayor e incluso la ideación suicida. En otras palabras, si eres perfeccionista y dejas que tus tendencias te controlen, realmente pueden matarte.
Peor aún, hay evidencia de que ser perfeccionista ni siquiera te da una ventaja significativa en el lugar de trabajo sobre los no perfeccionistas. Según Harvard Business Review:
“Nuestros resultados muestran que el desempeño y el perfeccionismo no están relacionados entre sí: los perfeccionistas no se desempeñan mejor o peor que los no perfeccionistas. Incluso los empleados con altos niveles de perfeccionismo que se esfuerzan por lograr la excelencia no se desempeñan mejor. … …En general, nuestros resultados sugieren que el perfeccionismo es posible, pero no constructivo, en el trabajo”.
Cuidado cuando deja de ser sano
Reducir el perfeccionismo tóxico y establecer límites saludables para uno mismo comienza con la comprensión de la raíz de su comportamiento. Como señala la publicación de salud Medical News de hoy, citando un trabajo psicológico histórico publicado hace décadas, el perfeccionismo tiene tres fuentes principales. estos son:
- Autodirigido. Tienes expectativas poco realistas de ti mismo y eres extremadamente crítico con tu trabajo. Esto podría deberse a una experiencia negativa en un momento de su vida, o simplemente a un conjunto de hábitos relacionados con enfermedades mentales desarrollados con el tiempo.
- Regulaciones sociales. Piensas que tus compañeros son muy críticos y tienes que ser perfecto para obtener su aprobación.
- Estar orientado hacia los demás. Estableces estándares increíblemente altos para quienes te rodean. Esta forma de perfeccionismo no es del todo relevante para nuestra discusión aquí, aunque ocasionalmente se superpone con las otras dos formas.
El diálogo interno positivo es el segundo paso para superar el perfeccionismo dañino. Saber cómo se manifiestan tus propias tendencias te ayudará a enmarcarlo de la manera correcta. Siempre que una creencia o pensamiento tóxico aparezca en tu cabeza, combátelo con uno positivo.
En otras palabras, ten compasión de ti mismo. Comprenda que su autoestima no tiene nada que ver con su desempeño en el lugar de trabajo o su capacidad para hacer un trabajo perfecto. Tu valor como persona va más allá de tu trabajo.
Si hablar contigo mismo no es suficiente para ayudarte, debes saber que no hay vergüenza en pedir ayuda a un profesional capacitado. Todo el mundo puede utilizar esta terapia de vez en cuando.
Equipo Psiquiatras Online