Si escuchamos o leemos el término “eritrofobia”, es posible que nos cueste imaginar a qué nos referimos. Si atendemos a su etimología, encontramos que sus componentes léxicos provienen del griego erythros (rojo) y phobos (miedo).
Por lo que podemos concluir que utilizamos este concepto para referirnos al miedo irracional a sonrojarnos o sonrojarnos cuando tenemos que enfrentarnos a situaciones de exposición pública y/o social.
Causas de la eritrofobia
Todos hemos experimentado sentimientos de vergüenza en algún momento, especialmente en la niñez o la adolescencia, en forma de rubor en las mejillas. Nuestras asociaciones negativas con este hecho y los comentarios desafortunados que generalmente recibimos como resultado (bromas, burlas, humillaciones, etc.) pueden hacer que eventualmente desarrollemos esta fobia.
En general, en estas situaciones, tendemos a tratar de evitarlas, lo que crea una ansiedad que solo exacerba los síntomas y nos atrapa en un bucle cognitivo que perjudica nuestras habilidades sociales. Por lo tanto, es probable que aquellas figuras que más necesitan validación o validación externa tengan más opciones para presentar el fenómeno.
Síntomas de la eritrofobia
El síntoma más notorio y definitivo de la fobia al enrojecimiento es el rubor, un rubor que se puede ver desde el exterior de la cara. Pero bajo este síntoma posiblemente más evidente, los episodios se acompañan de otras manifestaciones de carácter físico, cognitivo o conductual: sudoración, nerviosismo, taquicardia, pensamientos intrusivos sobre contenidos relacionados con la situación de miedo, conductas de evitación o escape…
Resultado
Aparte de que los síntomas de exposición previa hacen de la fobia a los glóbulos rojos una experiencia desagradable para quienes la experimentan, una de las principales consecuencias de este fenómeno es la mala gestión de su vida emocional.
Cuando nos enfrentamos a imágenes de fobia a la sangre roja, todo lo que sabemos a priori es que la exposición social (eventos familiares, exposiciones laborales o académicas, reuniones de amigos, etc.) muchas veces resulta en la anticipación de todos estos síntomas antes mencionados, como tratando de evitar lo de “Tomar prestada la vergüenza de una belleza”, declinamos la invitación y ya no participamos en este tipo de encuentros. Como resultado, nuestra vida social, familiar e incluso laboral se ve reducida o eliminada.
Tratamiento farmacológico para la eritrofobia
La fobia a la sangre roja como fenómeno individual, y su fobia social estrechamente relacionada, son entidades o subgrupos que encontramos dentro de las clasificaciones diagnósticas dentro de grupos más amplios y generales, como los trastornos de ansiedad. Por ello, además de la eficacia demostrada de las intervenciones psicológicas en su tratamiento, existen tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a aquellos casos que, por diferentes motivos, muestran más resistencia.
Al igual que con otros trastornos de ansiedad, el tratamiento médico de primera línea para la eritrofobia estará determinado por los efectos de los ansiolíticos y antidepresivos. Por supuesto, las pautas, los tipos de ansiolíticos y/o antidepresivos y la duración del tratamiento deben guiarse siempre por la prescripción y la supervisión médica.
Psicoterapia de la fobia a los glóbulos rojos
Obviamente, toda intervención psicológica debe adaptarse lo más exhaustivamente posible a las condiciones y características de cada individuo que participa en la sesión para abordar su eritrofobia.
Teniendo esto en cuenta, en la mayoría de los casos nuestro trabajo perseguirá un objetivo principal: el control de los síntomas, incluida la evitación de la ansiedad y el miedo, y la reducción de la disfunción relacionada con los síntomas. En resumen, esforzarse por alcanzar un estado de felicidad universal.
Equipo Psiquiatras Online