Ninguna persona es perfecta a pesar de que nos sea difícil asumirlo. En ocasiones metemos la pata o no conseguimos hacer las cosas bien, algo normal naturalmente, pero que es difícil de asumir.
Puede pasar que lejos de aceptar que no le pusiste todo el esfuerzo que podrías haber invertido o que disponías de las habilidades necesarias, preferiste decir que fue culpa de otros.
¿De qué se trata la racionalización?
Muchas veces lidiar con nuestra vida nos puede causar tensión o encajar con realidades que pueden desbordar los recursos psicológicos.
Las situaciones pueden resultar amenazantes para nuestro ego y para evitarlo ponemos en juego mecanismos de defensa con la intención de mantener el equilibrio psicológico y evitar cualquier clase de perturbación.
La racionalización se conoce también como intelectualización. Es un mecanismo de defensa que consiste en emplear explicaciones racionales, validas o no para esconderse a sí mismo y a los otros tras el comportamiento.
No somos perfectos, y dentro de esto no podemos aceptar la realidad. Por eso las personas nos brindamos razones que parecen lógicas, con tal de justificar contrariedades y defectos.
Racionalizamos cuando buscamos defendernos de la frustración de las acciones y no nos convencemos de qué o bien ha sido por alto ajenos a nosotros o nos convencemos de que en realidad no lo queríamos tanto.
Un ejemplo para comprenderlo mejor
Un ejemplo es la fábula de la zorra y la uva. La zorra ve un racimo de uvas bien alta y las quiere, salta a ver si las alcanza. Tristemente no consigue saltar alto para alcanzar el fruto y dice: Ah, están verdes. Entonces no salta más.
Está verdes, es cierto, pero desiste porque no logra saltar tan alto como debería. No por no conseguir lo propuesto.
Su relación con la psicopatología
Es normal que cuando hacemos cosas mal o no logramos algunas metas que queríamos es lógico y sano culpar a otros, diciendo que en realidad se ha tenido mala suerte o es culpa de otra persona en vez de reconocer que se ha fallado para mejorar la próxima vez.
Es normal que se racionalicen conductas, pero esto es un motivo de preocupación cuando estamos aplicando el mecanismo constantemente, tratando de buscar explicaciones racionales pero no reales a lo que nos suceda en vez de buscar solucionar.
Como punto final en este punto, no podemos confundir racionalizar con razones sobre la conducta.
La racionalización no tiene por qué restringir el autoconocimiento ni el potencial, esto es, ser conscientes de los puntos fuertes y las debilidades.
Equipo Psiquiatras Online