Sasha está viendo una película donde ocurre un accidente: una persona resbala y sin intención empuja a otra que cae por un barranco. Para Sasha, la película se detiene en ese momento; no puede apartar su atención de esa escena. Su mente se llena de imágenes donde personas caen por precipicios, acantilados o desniveles, todas ellas siendo empujadas no accidentalmente, sino deliberadamente.
Esta escena desencadena un diálogo interno en la mente de Sasha. Se cuestiona cómo alguien podría realizar ese acto, incluso ella misma. El pensamiento persistente de ser capaz de empujar a alguien al abismo la atormenta. A medida que intenta distraerse, las imágenes siguen apareciendo sin control. El miedo comienza a apoderarse de ella, temiendo ser una persona con instintos asesinos.
Este nivel de sufrimiento lleva a Sasha a desarrollar auténtico pánico a sus propios pensamientos, lo que desencadena lo que se conoce como fobia de impulsión.
Qué es esta fobia
La fobia de impulsión es un trastorno de ansiedad caracterizado por el miedo abrumador a actuar impulsivamente o perder el control de las acciones. Quienes la experimentan temen cometer actos violentos o perjudiciales, incluso cuando no hay razón lógica para creer que eso sucederá.
Lo particular de esta fobia es que el objeto del miedo es uno mismo y los propios pensamientos, generando una lucha constante contra ellos. A diferencia de otras fobias donde la evitación puede proporcionar alivio, en la fobia de impulsión, la evitación es imposible, lo que lleva a un funcionamiento obsesivo.
La complejidad de estas obsesiones radica en que sus contenidos pueden ser amenazantes para cualquier persona. Aquellos que las sufren pueden desarrollar rituales compulsivos para protegerse de los pensamientos intrusivos.
El abordaje terapéutico para las fobias de impulsión implica estrategias adaptativas específicas para cada persona. Se centra en interrumpir el círculo vicioso entre las soluciones fallidas y la persistencia del problema, para recuperar una funcionalidad equilibrada.
Tratamiento
El tratamiento incluye técnicas como el reencuadre, donde se ayuda a la persona a percibir su problema de manera más adaptativa. Se destaca que todo lo construido tiene la intención de proteger, no dañar, y se trabaja para liberar a la persona de los rituales y las evitaciones que alimentan el problema.
Es importante involucrar a la familia y al entorno cercano en el proceso terapéutico, ya que pueden desempeñar un papel crucial en el apoyo al individuo durante su recuperación.
Equipo Psiquiatras Online