Cada vez más personas optan por mudarse y establecerse en el extranjero, alejándose de sus lugares de origen por una variedad de motivos. Algunos lo hacen para explorar nuevas experiencias o seguir estudios específicos, mientras que otros se ven impulsados por necesidades más apremiantes.
En el trasfondo de esta decisión migratoria se encuentran distintas circunstancias que pueden hacer que la experiencia sea compleja. Para muchos, la estabilidad psicológica, especialmente a nivel emocional, está estrechamente ligada a contar con una red de apoyo sólida.
Al mudarse a otro país, es natural que los lazos sociales en el lugar de origen sufran ciertas carencias, lo que convierte en uno de los principales desafíos para los migrantes el establecer nuevas relaciones en su nuevo entorno.
Investigaciones científicas han demostrado que las personas que se sienten más solas tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos psicológicos como la depresión. La distancia puede generar un profundo sufrimiento emocional para aquellos que se han trasladado al extranjero, y desata episodios depresivos difíciles de superar.
Migrar no es fácil
La experiencia de migrar puede ser particularmente difícil para aquellos cuya migración es forzada, colocándolos en una situación más vulnerable y propensa a afectar su bienestar. Además, adaptarse a nuevas normas sociales, idiomas y culturas es un desafío, especialmente cuando se enfrentan a actitudes poco acogedoras.
En este contexto, es comprensible que muchas personas desarrollen síntomas depresivos en el extranjero, como la pérdida de interés en actividades que solían disfrutar, dificultades para levantarse de la cama y sentimientos de culpa o desesperanza.
Si estás experimentando estos síntomas, es importante buscar ayuda profesional. Aunque puede ser difícil acceder a servicios de salud mental en un país extranjero, existen alternativas como líneas de ayuda pública o terapia en línea con profesionales que hablan tu idioma.
Además, conectarse con otros migrantes a través de grupos en redes sociales brinda apoyo y compartir experiencias. Adoptar un estilo de vida activo también puede ayudar a combatir la depresión, mediante el ejercicio físico, la exposición a nuevas experiencias y el contacto con otras personas.
A pesar de los desafíos que conlleva la migración, es importante recordar que nunca estás solo y que siempre hay alguien dispuesto a ayudar.
Equipo Psiquiatras Online