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Qué es la vergüenza y por qué la sentimos

La vergüenza en la década de 1980 fue definida por autores como Morrison como “una emoción que refleja una sensación de fracaso y pérdida de uno mismo”. El sentimiento de ser juzgado negativamente, de engañarse a uno mismo, de revelarse inferior o indigno del respeto de los demás, etc.

La vergüenza es un sentimiento que puede tener efectos desastrosos en la vida humana, desde la incapacidad para realizar tareas, obstáculos para desarrollar las propias habilidades y la vida, hasta el peor de los casos, el odio a uno mismo y el suicidio.

La mayoría de los autores actuales que estudian este fenómeno coinciden en que se trata de una experiencia relacional: nos sentimos defectuosos en comparación con los demás, fallamos cuando los demás no lo hacen, y somos escrutados por la forma en que nos miran los demás. Este fenómeno también nos puede pasar a nosotros mismos, es decir, esta mirada crítica y vergonzosa a veces viene del corazón.

La razón por la que sentimos vergüenza

A pesar de su efecto inhibitorio, la vergüenza, según creen algunos, tiene una razón para existir. Veamos los principales argumentos que pueden justificar la vergüenza:

La vergüenza surge de nuestra propia vulnerabilidad ante los demás y, como tal, sirve para aislarnos del estigma social y, por lo tanto, nos alinea con las normas compartidas, lo que genera un sentido de pertenencia.

Esta función de la vergüenza es adaptativa, es decir, “Haré lo que se espera que haga para no ser menospreciado por mis compañeros o crear en mí un sentimiento de autodesprecio”, sin embargo, vemos que muchas veces, dada nuestra Siendo animales de libre pensamiento, nuestros anhelos vitales, anhelos y conexión con nuestra propia verdad nos pueden llevar a concluir que lo que realmente se nos aconseja es realizar una acción manifiestamente inapropiada, lo que significa que debemos vivir con vergüenza para crecer. . Si la vergüenza es demasiado fuerte, puede incapacitarnos.

Remedio para la vergüenza

Dado que la fuerza de nuestra vergüenza proviene de los sentimientos de inferioridad, este hecho debería hacernos reflexionar sobre la importancia de examinar periódicamente nuestra autoestima. Por supuesto, depende mucho de las experiencias de relación satisfactorias, amorosas y fortalecedoras que tengamos, pero también es cierto que mientras hay vida, hay nuevas oportunidades para experimentar ese tipo de vida. Podemos hacer esto revisando la forma en que vivimos nuestra vida, nuestras relaciones, y para ello podemos hacernos las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo me posiciono en una relación de confianza?
  • ¿Existe una relación recíproca genuina entre ellos, o por el contrario, me he dejado controlar, reprimir o humillar de alguna manera?
  • ¿Cómo puedo satisfacer mis necesidades?
  • ¿Soy capaz de tomar mis propias decisiones?
  • ¿Cómo dirijo mi vida?
  • ¿Importa?
  • ¿Estoy haciendo esto para crecer y aprender?

Dado que la vergüenza es un fenómeno relacional, también podemos hacernos las mismas preguntas en relación con los demás:

  • ¿Cómo localizo a mis familiares?
  • ¿Estoy tratando de dominarlos, subyugarlos o humillarlos? ¿Los estoy haciendo sentir amados y cómodos en la relación?
  • ¿Cómo puedo atender las necesidades de los demás?
  • ¿Respeto las necesidades de los demás?
  • ¿Estoy ayudando a otros a darle sentido a sus vidas?
  • ¿Estoy ayudando a otros a crecer, desarrollarse y aprender para que puedan hacer lo mismo?

Sin duda, el mejor antídoto para acabar con la vergüenza es el amor solidario, hacia uno mismo y hacia los demás.

Si tienes vergüenza y te cuesta lidiar con ella, te ayudamos, pide hora con nosotros.

Equipo Psiquiatras Online


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