¿Alguna vez te has sentido tan agotado después de un fin de semana con amigos que solo quieres estar solo? Es posible que estés sufriendo lo que se conoce como “resaca social”. No, no estamos hablando de términos clínicos acuñados por ningún manual de diagnóstico, sino de constructos creados tras identificar ciertos síntomas comunes que pueden surgir tras un periodo de sobresocialización.
¿Por qué ocurren las resacas sociales?
Bueno, esto se debe a la enorme cantidad de recursos cognitivos que necesitamos para interactuar con otras personas.
No es solo estar con alguien, sino que prestamos atención a esa persona, al entorno, a lo que hacemos, a su lenguaje verbal y no verbal, y al nuestro, y tratamos de practicar la escucha activa, todo ello en consonancia con las interacciones de alta calidad. en el que se comparten ideas, opiniones o impresiones, es decir, en el que nos convertimos en personas plenamente comprometidas.
Entonces, si no sabemos cómo equilibrar la socialización con el descanso, esta fuga de recursos puede generar sentimientos de agotamiento.
Sin embargo, a pesar de que cualquiera puede manifestar este sentimiento, hay una serie de factores que crean vulnerabilidad y aumentan la probabilidad de desarrollarlo:
Introvertido
La introversión es un rasgo de personalidad que hace que las personas que exhiben introversión necesiten pasar tiempo a solas para divertirse, buscando introspección y pasatiempos solitarios.
Esto no quiere decir que no tenga habilidades sociales, que no las necesite, pero puede que no sea tan necesario para él como extrovertido, por lo que puede requerir un mayor esfuerzo y un agotamiento más temprano.
Falta de refuerzo
Uno de los principios fundamentales del aprendizaje humano es que nos movemos por refuerzo, es decir, mantenemos o no mantenemos nuestras conductas en función de las recompensas que obtenemos de ellas.
Entonces, si no estamos obteniendo lo que percibimos como recompensas significativas de estas interacciones sociales, es probable que queramos reducirlas y nos sintamos incómodos cada vez que nos enfrentamos a ellas.
Relación toxica
Comentamos que la falta de refuerzo nos hace sufrir lo que llamamos una “resaca social”, pero, si le sumamos que aquellas relaciones que no producen refuerzo son las que consideramos tóxicas, nos hacen daño y no lo hacemos bien, es más probable que acabemos sintiéndonos cansados porque empezaremos a ver las relaciones como un castigo y querremos deshacernos de ellas.
Excesivamente social
Tenemos el ejemplo más claro de sobresocialización en los últimos años, y después de estar en cuarentena debido a la pandemia, decidimos no suspender ningún plan social para compensar el tiempo que pasamos sin formar estas relaciones con los demás. Esto hace que muchas personas se agoten por socializar demasiado porque tienen miedo de perder el contacto con los demás y no pueden equilibrar ser sociables y estar solos.
Fobia social
Cuando hablamos de fobia social, estamos hablando de un trastorno real y diagnosticable que hace que una persona desarrolle un miedo excesivo y persistente a las situaciones sociales. El trastorno hace que las personas con el trastorno reaccionen con ansiedad ante diferentes situaciones e interfieran con su vida diaria. Por este motivo, las personas con fobia social son más propensas a mostrar estos síntomas tras una interacción, pues desde un principio, para ellos, solo la exposición a determinadas situaciones sociales, como hablar con alguien o asistir a un evento, les habría causado un gran malestar. .
Cómo curar una resaca social
Evidentemente, el principal tratamiento es el descanso, es decir, “ralentizar” estas interacciones sociales para estar en equilibrio con las interacciones sociales solitarias y poder recuperar energías para seguir conectando.
También es importante saber cómo pasar tiempo contigo mismo y disfrutar de las actividades de cuidado personal y la soledad durante esas actividades solitarias. Leer, ver series o películas, dibujar, cuidar tu cuerpo, etc. Pueden ser buenos ejemplos.
Pero eso no significa que sería un error para nosotros abandonar la interacción social y entrar en un aislamiento total, recuerda que somos seres sociales, por lo que esta interacción sigue siendo necesaria. Sin embargo, también es importante comprender cómo gestionar estas interacciones:
Usar la confianza en uno mismo para saber decir “no” a ciertos planes, o posponerlos cuando no podemos o no queremos ir.
Siendo conscientes de nuestras inseguridades, rechazar explícitamente un plan no significa necesariamente que perdamos a otros, más aún si se trata de seguridad y relaciones establecidas.
Priorizar la calidad de estas reuniones para poder proporcionar una mayor conciencia y un mayor compromiso.
Equipo Psiquiatras Online