La ecoansiedad es uno de los trastornos de salud mental que más afecta al bienestar del día a día de millones de personas en todo el mundo. Esta patología se caracteriza por malestar, angustia o angustia general ante un peligro real o imaginario.
Este tipo de ansiedad se descubrió a fines de la década de 1990 y se refiere a aquellos que han tenido miedo de una catástrofe ambiental durante los próximos años debido al comportamiento humano con el clima y la naturaleza.
Efectos y síntomas de la ecoansiedad
A continuación, veremos de forma resumida las principales características de la ansiedad ecológica y sus efectos psicológicos y físicos en las personas que padecen ansiedad ecológica.
Ansiedad por la incertidumbre
La incertidumbre sobre el futuro es una de las principales características del fenómeno de la ansiedad ecológica. Es un estado de malestar y angustia que persiste en el tiempo por la incapacidad de saber qué nos deparará el futuro incierto y preocupante.
Debido a que hoy en día hay muchas razones para preocuparse por el futuro, algunas personas tienden a experimentar síntomas de ansiedad y estrés debido a la cantidad de problemas e incertidumbre sobre el futuro.
Muchas personas con trastorno de ansiedad ecológica ya experimentan efectos psicológicos muy específicos debido a síntomas de ansiedad y estrés derivados de la preocupación por el medio ambiente y el futuro del planeta.
Al igual que con la mayoría de los trastornos de ansiedad, si no se trata, la ansiedad financiera puede crear gradualmente una incomodidad que afecta la salud mental y mental del paciente.
Pretensión física
Junto a la pretensión psicológica, también encontramos una serie de cambios fisiológicos, que son el pan de cada día de muchas personas con trastorno de ansiedad ecológica.
Está claro que la saturación psíquica también acaba por producir un intenso cansancio físico y malestar, afectando a la propia vida cotidiana y a su normal desenvolvimiento en cualquier ámbito de la vida cotidiana.
Saturación de medios
La excesiva exposición a los medios en nuestro entorno está exacerbando el malestar diario con la crisis ambiental y climática, y podemos leer, escuchar y ver diariamente noticias deprimentes sobre los diferentes desastres ambientales que azotan al mundo cada año.
Esta saturación de malas noticias puede acabar generando un gran malestar y desembocar en la mayor ansiedad ecológica que sentimos cada día.
Inflexibilidad
Algunas personas tienen déficits de resiliencia que les impiden adaptarse adecuadamente a las nuevas situaciones ambientales que vivimos en todo el mundo, por lo que aprender esta habilidad es muy útil.
La resiliencia es la capacidad de adaptarse a la adversidad, trauma o situaciones desagradables que se presentan a lo largo de nuestra vida, y salir de todas ellas más fuertes y con mayor conocimiento.
Desesperación
Además de la incertidumbre que genera malestar e inquietud, la desesperación es otra característica de la ansiedad ecológica, principalmente porque pensamos que la situación es irreversible, el cambio climático avanza sin tregua y no hay nada que podamos hacer al respecto.
Este sentimiento general de desesperanza y depresión también puede conducir al desarrollo de diversos síntomas depresivos, que a su vez pueden agravar la salud mental de quienes padecen estos síntomas.
Miedo a los cambios futuros
No se preocupe por las ansiedades ecológicas, sepa que la futura especie humana tendrá que hacer algunos cambios si quiere asegurar su supervivencia.
Los miedos y dolores sobre el futuro también se centran en la nueva forma de vida que debemos adoptar para sobrevivir en los años venideros, sobre todo en la posibilidad de la inmigración.
Equipo Psiquiatras Online