El conductismo teleológico sigue los principios básicos de la orientación conductual clásica. El objeto de la investigación psicológica debería ser el comportamiento observable e insistió en la tesis de que el contenido mental (pensamientos, emociones, etc.) debe considerarse como formas de comportamiento más que como factores causales.
Una característica central de esta disciplina es su enfoque en el comportamiento voluntario o con un propósito. Este principio enfatiza la relevancia de temas como el libre albedrío humano, nuestra capacidad de autocontrol o la cooperación entre diferentes individuos.
En este sentido, la teoría de Lachlin se puede relacionar con los aportes de autores como Edward Tolman, cuya propuesta se denomina “conductismo de espuelas”, o Albert Bandura Bandura), quien señaló que las personas pueden pasar por procesos de autorregulación (incluyendo la autorregulación). observación o auto-reforzamiento).
Acción voluntaria, autocontrol y libre albedrío
Con la popularidad del conductismo radical de Skinner, que buscaba predecir el comportamiento por completo mediante la manipulación de estímulos ambientales, la antigua cuestión del libre albedrío llegó al corazón de la psicología científica. Según Rachlin, determinar si una acción es voluntaria es crucial desde una perspectiva social.
El autor confirma que la mayoría de la gente cree que el comportamiento voluntario también está impulsado por factores ambientales, pero esto es menos pronunciado que otros tipos de comportamiento. Aquí es donde se introduce el concepto de autocontrol, que Lacklin define como la capacidad de un individuo para resistir la tentación a través del pensamiento a largo plazo.
Para Lacklin, para las personas con alto autocontrol, el objetivo del comportamiento no siempre es satisfacer necesidades inmediatas, sino que también puede ser buscar refuerzos o evitar castigos a largo plazo. Este interés por las consecuencias tardías y las visiones futuras es otro de los aspectos más característicos del conductismo teleológico.
La capacidad de autocontrol se entiende como una habilidad entrenable; Lachlin argumenta que si una persona la desarrolla completamente depende de la consistencia de sus esfuerzos para guiar su comportamiento a largo plazo en lugar de la gratificación instantánea. Esto se puede aplicar a problemas como la adicción.
Críticas a la teoría de Lacklin
El conductismo teleológico de Lachlin defiende el libre albedrío como una construcción social cuya definición depende completamente del contexto. Este enfoque ha sido criticado por su naturaleza relativista.
Muchos conductistas creen que la contribución de Rachlin se desvía del camino que debería seguir la disciplina. Un aspecto que ha sido particularmente criticado es su enfoque en el autocontrol, que en cierto modo se equipara con el fenómeno psicológico de la autoayuda, descartado como una clara búsqueda de ganancias económicas.
Equipo Psiquiatras Online