• Augusto Leguía Sur 79, of. 407, Las Condes, Santiago de Chile

Parálisis emocional y cuando ni la tristeza ni la alegría pueden tocarte

Hay momentos en los que las emociones parecen haberse apagado. Ya no lloras, pero tampoco te ríes como antes. Las cosas que solían emocionarte ahora te resultan indiferentes. Es como si estuvieras en pausa, mirando la vida desde afuera, sin poder sentirla de verdad. A esto se le llama parálisis emocional.

Esta desconexión emocional surge después de atravesar situaciones dolorosas, estresantes o prolongadas en el tiempo. El sistema emocional, sobrecargado, empieza a bloquear las respuestas para protegerte. Ya no sientes tristeza porque dolía demasiado. Pero tampoco sientes alegría, porque la defensa emocional se ha vuelto generalizada.

Te pones un muro ante ti

No es falta de sensibilidad ni frialdad. Es una forma de supervivencia. El problema es que, al bloquear las emociones, también te alejas de ti mismo. Pierdes motivación, entusiasmo, conexión con los demás. Empiezas a vivir en automático, cumpliendo rutinas, pero sin entusiasmo ni sentido. A veces incluso el cuerpo lo nota, con fatiga constante, insomnio o falta de apetito.

La parálisis emocional no siempre es fácil de identificar. Muchas personas creen que simplemente están “bien”, pero en realidad están desconectadas. Evitan hablar de lo que sienten, no reaccionan ante momentos importantes y no recuerdan la última vez que se sintieron realmente vivos.

Salir de ese estado requiere paciencia y autocompasión. No se trata de forzarte a sentir, sino de permitirte reconectar poco a poco. Empieza por notar lo que sientes, sin juzgarlo. Puede que al principio solo identifiques vacío, cansancio o confusión. Está bien. Es parte del proceso.

Trabaja cómo conectar

Busca momentos pequeños de conexión. Escuchar una canción, caminar al aire libre, mirar una película que solía emocionarte. Aunque no sientas nada al principio, estás sembrando señales de vida emocional. Y eso importa.

Hablar con alguien de confianza también ayuda. A veces, poner en palabras lo que parece inexplicable libera espacio para nuevas emociones. Y si sientes que solo no eres capaz, busca apoyo profesional. Un psicólogo te acompaña a reconectar con tu mundo emocional de forma segura y progresiva.

La parálisis emocional no es para siempre. Es una pausa que tu mente creó para protegerte. Pero puedes volver a sentir, a disfrutar, a emocionarte. No hay prisa, pero sí esperanza. Porque tu capacidad de sentir sigue ahí, esperando ser despertada.

Equipo Psiquiatras Online


Agenda aquí
  • ONLINE
  • PRESENCIAL
×