• Augusto Leguía Sur 79, of. 407, Las Condes, Santiago de Chile

Los cambios en la pareja cuando llega el primer hijo

Al hablar con personas que acaban de tener un bebé, a menudo dirán cosas como “casi terminamos”, “nunca antes habíamos tenido una discusión como esta”, etc. Esto no es sorprendente. Pero, ¿por qué la paternidad suele desencadenar crisis maritales?

Lo que pasa cuando llega el primer hijo

Mucha gente dice que tener un bebé te cambia la vida, pero nosotros añadiríamos que tu pareja también te cambia a ti. Cuando nace un niño, el centro de todo se convierte en este animalito, fuente de la más intensa alegría y satisfacción, así como de importantes desafíos.

La llegada de un bebé obliga a recrear la pareja, ya que nos vemos obligados a reorganizar el tiempo (individualmente y en pareja), el sexo, la convivencia, las relaciones con los amigos, las relaciones con la familia. Entonces, como pueden ver, si bien fue un momento de ternura y felicidad, fue un momento de cambio forzado, que a veces nos sorprendió.

¿Qué pasará con cada miembro de la pareja?

Las nuevas madres pasan por una variedad de cambios físicos y psicológicos durante el embarazo y después del parto. Su cuerpo está lleno de hormonas que la hacen muy emocional y afectan su estado de ánimo. Después de dar a luz, es posible que se sienta aislada, con tesoros en los brazos y responsabilidades abrumadoras.

Papá puede sentirse como un rey depuesto porque su pareja pasa la mayor parte del tiempo con los niños. El bebé ha estado recibiendo la atención de la madre y el padre puede sentir fácilmente que su pareja le está prestando mucha menos atención que antes. La madre, exhausta por la falta de sueño y con todas las necesidades del bebé satisfechas, no comprende la actitud negativa y maliciosa del padre. En este ciclo, es imposible decir qué comenzó antes y los conflictos comienzan a formarse.

Cansancio, factor que suma y quema

A todos estos cambios hay que sumar mucho cansancio, falta de sueño, aumento de las tareas del hogar y menos tiempo para conversar. Esto crea un terreno fértil para una mayor discusión, o por el contrario, frente a la incomprensión de la otra persona, te alejas y tu soledad aumenta.

Otras veces, la crisis provocada por la llegada del primer hijo de la pareja es la magnificación de un malestar preexistente que ya está sobre la mesa por los cambios que comentábamos anteriormente.

¿Cómo hacer frente a todos estos cambios?

La previsión es importante. Si a estas alturas estamos pensando en buscar un bebé o el bebé ya está en camino, prepárate. Pensar que no nos pasará a nosotros solo nos tomará desprevenidos. Hable desde el principio sobre cómo se organizarán. Encuentre familiares, amigos o simpatizantes que puedan ayudarlo con las tareas del hogar, las comidas, vestirse, limpiar y más. Ahora puede parecerte que habrá tiempo para todo, pero créenos, se necesita ayuda para criar a un niño. Esto se aplica no solo al momento posterior al nacimiento, sino también más adelante, porque con (uno o dos) el regreso al trabajo, combinado con los cambios que mencionamos, los conflictos pueden surgir fácilmente.

Papás, sigan leyendo para aprender sobre el embarazo, el parto, la lactancia y cómo afectan a su pareja. Saber le dará una idea de muchas cosas que sucederán más adelante y, al poder compartir esos cambios, creará más conexiones entre ustedes.

Piensa que esta es una fase que pasará. Los primeros 3 años son los más exigentes para su hijo. Esto nos ayuda a posicionarnos temporalmente, en lugar de ser derrotistas. Formar un equipo es importante, piensa en ello como un reto familiar.

No niegues los cambios en las relaciones. Ya no sois dos, aferrados al pasado que solo os impide implementar soluciones. Comuniquen sus miedos y dificultades entre sí.

Salva su vida cuando lo veas abrumado. Lo bueno de dos personas es que podemos intercambiar roles. Es importante saber que nuestros socios pueden ayudarnos cuando estamos muy abrumados.

Busca unos momentos. Aunque breve en comparación con épocas anteriores, es importante recordar que esta etapa de la paternidad comienza con el amor de pareja.

Deja de mirarte el ombligo y piensa en tu pareja pasando por muchos cambios también. Si lo miras de esta manera, puede ayudarte a acercarte y tener los detalles mutuos que los unen. Así como crean ciclos negativos, pueden revertirse y crear ciclos positivos.

Organízate para que todos tengan un pequeño espacio para relajarse. Sal a correr, dúchate, toma un café con amigos. Somos como una olla a presión, necesitamos válvulas para liberar la presión. Estos pequeños detalles, que duran entre 30 y 60 minutos, pueden ayudarnos a desestresarnos y rejuvenecernos. Piense en la crianza de los hijos como un sprint largo, no como un sprint. No ayudará si te desgastas haciéndolo perfecto.

Equipo Psiquiatras Online

 


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