La anorexia nerviosa se está volviendo cada vez más común entre los jóvenes. Por lo general, se manifiesta durante la adolescencia, y aunque afecta tanto a hombres como a mujeres, el riesgo es mayor en estas últimas. La edad temprana en la que se desencadena este trastorno agrega preocupaciones adicionales para padres, profesionales e investigadores. Dado que los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) tienen la tasa de mortalidad más alta entre los trastornos de salud mental, y afectan principalmente a quienes están en pleno crecimiento, surge la pregunta crucial: ¿Cómo podemos prevenirlos?
En esta línea, una estrategia clave para la prevención de la anorexia nerviosa y otros TCA es difundir información de manera responsable, facilitando la detección temprana de la patología. En ocasiones, la anorexia nerviosa puede pasar desapercibida, camuflándose como una conducta normal o de poca importancia, cuando en realidad requiere atención rápida de un equipo interdisciplinario de profesionales. Abordaremos los aspectos generales relacionados con la anorexia y responderemos a la pregunta sobre cuánto tiempo tarda en desarrollarse.
La anorexia nerviosa se caracteriza por una restricción sostenida en el tiempo en la ingesta de alimentos. Quienes la padecen buscan alcanzar una imagen corporal delgada y evitan aumentar de peso, acompañados de pensamientos y creencias distorsionadas sobre su cuerpo y la comida. Podemos distinguir dos tipos: la anorexia restrictiva, que implica limitar la cantidad de alimentos mediante estrategias como evitar compartir comidas en público, hacer ejercicio en exceso o consumir agua en exceso para calmar el hambre; y la anorexia purgativa, que, además de las restricciones, incluye atracones seguidos por purgas como el vómito o el uso de laxantes debido a sentimientos de culpa.
Los trastornos de la conducta alimentaria no son problemas menores, pero a menudo pasan desapercibidos debido a conductas normalizadas en nuestra cultura. En la sociedad actual, la exposición constante a imágenes de cuerpos delgados y la cultura de la dieta contribuyen a la prevalencia de TCA. Además, la disponibilidad de productos para perder peso, la falta de conciencia alimentaria debido a distracciones electrónicas y la vida sedentaria son factores que contribuyen a este problema de salud mental.
Detectar a tiempo la anorexia nerviosa es esencial debido a la alta tasa de mortalidad asociada a la pérdida de peso extrema. Sin embargo, la gravedad de la anorexia no se limita al peso; factores como la malnutrición y las conductas alimentarias problemáticas determinan la severidad del trastorno. El enfoque terapéutico debe considerar más allá de medidas rápidas como el Índice de Masa Corporal (IMC) y priorizar la salud global y los avances individuales.
La pregunta sobre cuánto tiempo tarda en desarrollarse la anorexia nerviosa carece de una respuesta precisa, ya que depende de la convergencia de factores de riesgo en un individuo. Los primeros síntomas suelen pasar desapercibidos y, dado que muchos pacientes tienden a perder peso, su capacidad de autoevaluación se ve afectada. Los síntomas, desde los más leves hasta los más restrictivos, pueden manifestarse en meses o incluso años antes de buscar ayuda profesional.
En conclusión, entender que la anorexia nerviosa se desarrolla en tiempos diferentes para cada individuo destaca la importancia de estar alerta a posibles signos en amigos, familiares o uno mismo. En conmemoración al Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria el 30 de noviembre, compartir información sobre este tema se convierte en una forma efectiva de prevención.