Encontrar el amor hoy es muy diferente a las generaciones anteriores. Las citas en línea están creciendo rápidamente.
En el mundo moderno de las aplicaciones en línea, donde la acción de “deslizar hacia la derecha, deslizar hacia la izquierda” es más común que ingresar un número de teléfono, la investigación de emparejamiento es más importante que nunca. Internet ha creado un nuevo fenómeno: la posibilidad de construir una autoimagen. Millones de personas suben rutinariamente nuevas fotos de perfil, actualizan sus publicaciones en la línea de tiempo y dejan comentarios para mostrar su mejor cara al mundo exterior.
Las aplicaciones en línea permiten a las personas encontrar parejas potenciales en función de estos perfiles, incluso antes de reunirse cara a cara. Esto hace que las citas sean un proceso más rápido y controlable.
Sin embargo, este enfoque algo “consumista” para encontrar pareja tiene sus inconvenientes. En un mundo de citas donde el éxito puede ser determinado por interacciones fugaces, los solteros tienen poco tiempo para causar una buena impresión. Si bien alguien puede parecer una pareja hecha en el cielo en Tinder, es posible que no sintamos nada cuando conocemos a esa persona en la vida real. Simplemente sin “clic”, sin “química sexual”. En nuestra investigación, nuestro objetivo era resaltar aspectos importantes de las citas en persona.
¿Es la atracción un problema de sincronización fisiológica?
Cuando se les preguntó a las personas acerca de su pareja potencial, describieron a alguien inteligente, encantador y con un gran sentido del humor.
Sin embargo, si les pides que hablen de una relación, tienden a hablar de sensaciones físicas. Esto se debe a que las emociones que experimentan las personas se reflejan automáticamente en las expresiones faciales, la postura corporal y los cambios fisiológicos que son visibles a simple vista (p. ej., pupilas dilatadas) o invisibles (p. ej., frecuencia cardíaca y conductancia de la piel, sudoración).
El cuerpo juega un papel fundamental en cómo se desarrollan las experiencias emocionales y los estados emocionales, a su vez, se reflejan en cambios en los estados fisiológicos. Si bien los cambios físicos no dan forma ni definen la experiencia de un individuo, son una parte importante de cómo el cuerpo y la mente trabajan juntos para formar una experiencia subjetiva.
Curiosamente, las respuestas fisiológicas (latidos del corazón, tamaño de la pupila, conductancia de la piel) se pueden sincronizar automáticamente durante las interacciones sociales, lo cual es sorprendente ya que los estados fisiológicos son incontrolables e invisibles para los socios que interactúan.
La sincronía fisiológica ocurre en una variedad de relaciones sociales, incluso entre extraños, entre madre e hijo y entre parejas románticas. Los niveles de sincronía fisiológica se asocian con resultados de relación beneficiosos y perjudiciales, como una mayor empatía en el desempeño del grupo y el conflicto marital. Con base en esta evidencia, probamos si es posible medir el atractivo sexual puramente a través de medios conductuales y biológicos. Sugerimos que la “atracción sexual” puede ser una cuestión de sincronización entre estos procesos no verbales.
Experimento de cita a ciegas
Para probar esto, llevamos a cabo un experimento de citas rápidas. Emparejamos parejas al azar en una cabina de citas; la discapacidad visual impidió que la pareja se viera antes de que comenzara el experimento.
Luego quite la barrera visual y comience la cita (experimento). Utilizando equipos de última generación, incluidos dos anteojos de seguimiento ocular, tres cámaras y electrodos, rastreamos las respuestas emocionales de los participantes (frecuencia cardíaca, conductancia de la piel, cambios en las pupilas) durante su primera cita.
Con estas poderosas herramientas, pudimos meternos debajo de la piel de nuestros participantes y comprender sus emociones.
A medida que avanzaba la fecha, pudimos ver cuán emocionados o apáticos se volvían los participantes. También probamos si la atracción sexual era una cuestión de sincronicidad entre ellos. Por ejemplo, como un instrumento musical, el cuerpo humano y el cerebro están sincronizados.
¿Impacto en la vida real?
Además de aumentar nuestra comprensión del comportamiento de apareamiento humano, esta investigación puede proporcionar contribuciones aplicables a la sociedad moderna.
Teniendo en cuenta que tecnologías como la medición del seguimiento ocular, la medición de la pupila y el software de reconocimiento de expresiones faciales ya están en uso, es solo cuestión de tiempo antes de que estas tecnologías se apliquen en línea.
Hipotéticamente, además de hacer coincidir a las personas en función de los perfiles y las conversaciones, las futuras aplicaciones en línea podrán predecir (en función de la sincronicidad biológica) si las personas son una coincidencia emocional/biológica. Quién sabe, tal vez algún día podamos conectarnos física y emocionalmente a través de pantallas táctiles.
Equipo Psiquiatras Online