Desde que despertamos hasta que nos dormimos, estamos rodeados de dispositivos que nos mantienen “conectados”, esta conexión constante tiene consecuencias en nuestra capacidad de atención y concentración. A continuación, exploraremos cómo afecta la hiperconectividad a nuestra salud mental y cómo recuperar nuestra atención en medio de este mundo digital.
Cómo la hiperconectividad impacta la capacidad de atención
Nuestro cerebro está diseñado para adaptarse al entorno, y la conectividad constante ha moldeado la forma en que procesamos la información. Al estar expuestos a múltiples estímulos, como notificaciones, mensajes y redes sociales, la atención se dispersa. Estudios recientes muestran que la exposición a estos estímulos reduce nuestra capacidad de enfocarnos en una sola tarea durante períodos prolongados. Esta fragmentación de la atención puede generar estrés, fatiga mental y una menor eficiencia cognitiva. A largo plazo, los cambios en nuestra forma de atender afectan la memoria, pues el cerebro no tiene suficiente tiempo para consolidar la información en la memoria a largo plazo.
Efectos psicológicos de la falta de atención continua
La incapacidad de concentrarse impacta más allá del ámbito laboral o académico; también influye en nuestra vida personal. La falta de atención sostenida nos hace perder momentos importantes, generando una desconexión con la realidad que vivimos. También afecta nuestras relaciones, ya que la comunicación requiere atención plena y presencia. Muchas personas reportan síntomas de ansiedad y sensación de pérdida de control debido a la hiperconectividad. La continua necesidad de “estar al día” crea una dependencia emocional de los dispositivos, afectando la capacidad de disfrutar actividades sin la mediación de una pantalla.
Cómo recuperar la capacidad de atención en un mundo hiperconectado
Para contrarrestar los efectos de la hiperconectividad, debes implementar prácticas conscientes. Comienza por establecer momentos del día libres de dispositivos, como durante las comidas o antes de dormir. El mindfulness es una herramienta efectiva, ya que entrena la mente para enfocarse en el presente. Otro ejercicio útil es el de “monotarea”, o la práctica de realizar una sola actividad sin distracciones, para fortalecer la atención. Además, reservar tiempo para actividades que no involucren tecnología, como leer un libro o practicar un pasatiempo, ayuda a recalibrar el cerebro y mejorar la capacidad de concentración.
La hiperconectividad ha llegado para quedarse, pero con prácticas conscientes podemos recuperar la atención y mejorar nuestra calidad de vida.
Equipo Psiquiatras Online