• Augusto Leguía Sur 79, of. 407, Las Condes, Santiago de Chile

La acumulación compulsiva y por qué nos cuesta soltar cosas

Guardar cosas puede parecer inofensivo, incluso útil. Pero cuando se convierte en una necesidad constante de retener objetos que ya no usamos, que no necesitamos o que nos generan malestar, hablamos de acumulación compulsiva. Esta conducta va más allá de un simple desorden. Tiene raíces emocionales profundas que muchas veces pasan desapercibidas.

Las personas que acumulan no lo hacen solo por gusto. Lo hacen porque sienten que desprenderse de ciertos objetos es casi imposible. Pueden experimentar ansiedad, culpa o tristeza ante la idea de soltar. Y así, poco a poco, los espacios se llenan de cosas que representan recuerdos, miedos o intentos de control.

Detrás de la acumulación suele haber experiencias de pérdida, abandono, inseguridad o carencias emocionales. Los objetos funcionan como una especie de refugio. Dan una falsa sensación de estabilidad, como si rodearse de cosas evitara el vacío. También puede haber una asociación inconsciente entre tener y sentirse seguro.

Este comportamiento no solo afecta el espacio físico.

También impacta la salud emocional. Vivir en un entorno saturado puede generar estrés, sensación de agobio y dificultades para concentrarse. Además, la acumulación muchas veces se acompaña de aislamiento, vergüenza y conflicto con otras personas del entorno.

Para empezar a soltar, no basta con una limpieza rápida. Hace falta entender qué estás sosteniendo emocionalmente a través de los objetos. Pregúntate qué representa cada cosa que te cuesta soltar. ¿Te conecta con alguien? ¿Con un miedo? ¿Con una etapa que no has cerrado?

El proceso de desapego debe ser gradual y consciente. No se trata de tirar todo de golpe, sino de revisar con honestidad qué suma y qué resta en tu vida. Empieza por un espacio pequeño, una caja, un cajón. Evalúa si eso que guardas te genera bienestar o solo ocupa lugar.

Practicar el desapego físico también te entrena para soltar emocionalmente. Porque cada objeto que dejas ir te recuerda que puedes vivir más ligero, sin aferrarte a lo que ya no es útil ni necesario.

Si sientes que la acumulación te sobrepasa o que no sueltas la angustia, buscar ayuda profesional es lo mejor. Un terapeuta ayuda a descubrir el origen emocional de ese patrón y acompañarte en el proceso de transformación.

No se trata de tener menos por tener menos. Se trata de recuperar el espacio interno que se libera cuando dejas de cargar con lo que ya no necesitas.

Equipo Psiquiatras Online


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