Sobrevivir emocionalmente a situaciones difíciles es una tarea compleja en muchos casos. Las personas que temen por su propia vida o la vida de un ser querido pueden enseñarnos una lección indeleble sobre lo que significa vivir con amenazas y miedo.
En muchos casos, estos grandes desafíos son causados por circunstancias imprevistas, como vivir en un país en guerra o vivir en un lugar donde puede verse perjudicado por la forma en que piensa, piensa o actúa. En otros casos, puede suceder simplemente porque decides no guardar silencio sobre algo que sientes que es injusto o ilegal. El impacto emocional que una situación como esta puede tener en la salud mental de quienes la padecen puede ser realmente duro.
En estas situaciones, las estrategias que muchas personas implementan para sobrevivir emocionalmente constituyen la única cordura que les permite tener éxito en el día a día. Son decisiones cotidianas destinadas a no caer en el desánimo, la desesperanza o el miedo. Todo esto es un preludio de la ansiedad y la depresión, que es común en zonas de guerra o entre personas amenazadas o privadas de libertad.
Indefensión aprendida
La indefensión aprendida, el proceso por el cual nos acostumbramos a no luchar, es el mecanismo subyacente de estas situaciones en las que tememos por nuestra propia vida o la de nuestros seres queridos. También se asocia con otra respuesta llamada síndrome de Estocolmo, que no es más que simpatía por alguien que te ha hecho daño o te ha arrebatado la libertad.
Resistir en estas situaciones no es tarea fácil. Frente a pensamientos flácidos que nos hacen pensar en lo que nos están arrebatando, exige una conciencia clara e inmediata de todo lo que mantenemos. Especialmente importante en estas situaciones amenazantes es lo que podríamos llamar un “control vital”, que no es más que traer a nuestra conciencia todas las acciones y sentimientos que experimentamos todos los días de una manera que nadie nos puede arrebatar. Incluso en las condiciones más duras de aislamiento, nos es posible pensar, “vivir dentro”, sin que nuestra cordura se vea comprometida.
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Equipo Psiquiatras Online