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El efecto de repetir las mismas palabras todos los días en tu salud mental

Lo que dices describe tu mundo, también lo construye. Las palabras que repites, ya sea en voz alta o en tu mente, moldean tu forma de pensar, sentir y actuar. Este fenómeno ocurre porque el cerebro es plástico, es decir, se adapta y se transforma según tus experiencias y patrones repetidos. Cuando tus palabras se vuelven un hábito, tu mente empieza a tomarlas como verdades, afectando tu estado emocional y tu forma de ver la vida.

Repetir frases negativas, críticas o limitantes todos los días crea un ciclo de pensamientos dañinos que se refuerzan con el tiempo. Por el contrario, cultivar un diálogo más saludable con uno mismo, incluso sin caer en optimismos falsos, puede cambiar tu percepción del mundo y de ti mismo.

Cómo tus palabras moldean tu mente y tu bienestar emocional

Tu cerebro escucha y cree lo que dices. Cuando repites frases como “No puedo”, “Todo me sale mal” o “Siempre tengo mala suerte”, tu mente empieza a construir una realidad coherente con esas ideas. Esta repetición constante activa patrones negativos que refuerzan la ansiedad, la baja autoestima y la sensación de impotencia.

Además, el lenguaje repetitivo influye en tus emociones. Las palabras no son neutras; tienen carga emocional. Decir “Estoy agotado” todos los días intensifica tu cansancio. Repetir “Nadie me entiende” refuerza la sensación de soledad. Así, tus palabras, lejos de describir tu estado, lo agravan.

Pero esto ocurre con lo negativo. Las palabras positivas y de apoyo también tienen poder. Cuando empiezas a decir “Estoy avanzando”, “Estoy aprendiendo” o “Hoy será un buen día”, tu cerebro se orienta a confirmar esas afirmaciones, ayudándote a actuar con más confianza y a encontrar oportunidades en tu día a día.

Señales de que tu diálogo repetitivo está afectando tu salud mental

  • Te sientes atrapado en un ciclo de pensamientos negativos: Repites una y otra vez frases que refuerzan tu malestar.
  • Tu estado de ánimo cambia según tus palabras: Cuando hablas mal de ti mismo, tu energía cae.
  • Tu lenguaje es rígido y extremo: Usas palabras como “siempre”, “nunca” o “todo” al describir tu vida o tus problemas.
  • Te cuesta ver lo positivo: Tu forma de hablar se centra más en lo que falta que en lo que tienes.

Cómo cambiar tu diálogo para mejorar tu salud mental

El cambio no se trata de forzarte a ser positivo, sino de hacer consciente tu diálogo interno y transformarlo en uno más realista y saludable. Un buen ejercicio es identificar las frases negativas que repites a diario y sustituirlas por versiones más equilibradas. Por ejemplo:

  • En lugar de “No puedo más” → “Estoy pasando un momento difícil, pero puedo pedir ayuda”.
  • En lugar de “Todo me sale mal” → “Esta vez no salió como esperaba, pero puedo aprender de esto”.

Sin embargo, cambiar tu diálogo interno es un proceso profundo que va más allá de repetir frases nuevas. Muchas veces, esas palabras negativas son síntomas de creencias arraigadas, traumas o patrones aprendidos. Es ahí donde la terapia se vuelve fundamental. Con la ayuda de un psicólogo, puedes explorar el origen de tu diálogo interno y aprender a construir uno que te impulse en lugar de frenarte.

Si sientes que tu mente se ha vuelto un lugar hostil y que tus palabras te están atrapando en un ciclo de malestar, es momento de buscar apoyo. Juntos, podemos ayudarte a transformar tu diálogo, y con él, tu manera de sentir y vivir.

Equipo Psiquiatras Online


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