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Cómo nos influye la metapercepción

Somos casi 8 mil millones de personas en el mundo. En Latinoamérica hay más de 600 millones de personas.

En la vida conocemos a muchas personas, en un estudio reciente se determinó la media en 5 mil.

La metapercepción se refiere a las creencias y pensamientos que tenemos de nosotros mismos por otros. Te contaremos de qué se trata y cómo influye.

¿Qué es la metapercepción?

La forma en que una persona imagina lo que otras personas piensan de sí misma (es decir, la persona que lo imagina) se llama metapercepción en psicología.

La metacognición se basa en las creencias y suposiciones personales de una persona y puede ser inexacta. Tienen que ver con nuestros autoconceptos y prejuicios: algunas personas pueden pensar que les agradan a todos, pero no es así.

Sin embargo, otros piensan que todos los odian, lo cual tampoco es una suposición precisa.

Metapercepción y autoconcepto

Nuestro autoconcepto es de gran influencia en lo que opinamos y creemos que tienen otros, se altera la información que se recibe de otros en función de lo que se cree de sí mismo.

Los niños se tienden a comportar de un modo que concuerda con el modo en que los han tratado. Los niños que tienen madres atentas y afectuosas generalmente conectan bien con otros y tienen buen concepto de sí mismos.

 

Por qué hay diferencias entre cómo nos vemos y cómo lo hacen otros

Algunos estudios han demostrado que cuando nos miramos a nosotros mismos, nos enfocamos en detalles específicos que nos gustan, al igual que nos enfocamos en las espinillas en ciertas partes del cuerpo que no nos gustan.

Pero cuando miramos a las personas, pensamos en su apariencia general, no en sus defectos. Como resultado, las personas a menudo se sienten más atraídas por otras personas de lo que creen.

También podemos decir que nuestros cerebros han estado usando procesadores que analizan el mundo físico en función de los datos que recopilan nuestros cerebros. Será un procesador de comparación social, lo que los psicólogos llaman el efecto de contraste (que se puede interpretar como “pensamos que las personas feas son más bonitas y las personas bonitas son más feas”).

Estas comparaciones continúan ocurriendo automáticamente, la mayoría de las veces ni siquiera sabemos que las estamos haciendo. Nuestro autoconcepto general se compone de miles de tales comparaciones.

Las mujeres se ven particularmente afectadas por este fenómeno, ya que en la sociedad actual se establecen como norma modelos de belleza inalcanzables. Las mujeres se comparan con modelos de pasarela para evaluar su atractivo físico. Sin embargo, esto no sucede con la inteligencia, donde las personas comparan su inteligencia con la persona promedio, no con Einstein.

Equipo Psiquiatras Online

 

 

 

 

 

 

 

 


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