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Cómo hablarle a mi hija sobre valores como la homosexualidad

Se dice que los niños son esponjas: absorben todo, bueno y malo. Los adultos transmiten sus aciertos, pero también sus errores y estereotipos sobre la vida. Si queremos que nuestros hijos e hijas crezcan sin ser discriminados (o siendo) discriminados por su género u orientación sexual, nada mejor que despojarse de nuestros prejuicios y enseñarles a respetar la diversidad sexual. Primero, anímelos a cuestionar lo que dan por sentado solo porque sí. ¿Quién dijo que el rosa es un color femenino? ¿Qué tiene de malo que los niños usen faldas?

Sexo, género y orientación sexual no es la misma cosa

Sin embargo, antes de empezar a hablar de estos temas con tu hijo, es necesario aclarar a qué nos referimos y distinguir entre diferentes conceptos.

LGTBI

La sigla LGTBI hace eco de los siguientes términos: lesbiana, gay, transgénero (transexual, transgénero), bisexual e intersexual. Lesbiana, gay y bisexual se refiere a la orientación sexual, mientras que el término transgénero se incluye en la categoría de identidad de género. La bisexualidad hace referencia al sexo biológico, que es una gran incógnita -aunque abarca al 1,7% de la población- se utiliza para referirse a personas que nacen con características sexuales -como genitales, patrones cromosómicos o gónadas (ovarios) y testículos)- hombre y mujer.

Orientación sexual

Según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA), la orientación sexual es una atracción emocional, romántica, sexual o emocional persistente hacia otra persona. Entonces, no se trata solo de sexo. El desarrollo de la orientación sexual suele ocurrir durante la adolescencia o la pubertad.

A día de hoy persiste un error: Seguimos pensando que la identidad de género está relacionada con la orientación sexual. De hecho, son aspectos completamente separados.

Identidad de género

La identidad de género describe cómo ve y siente una persona en relación con otras personas. Las opciones de identificación de género son masculinas y femeninas, pero existen otras identidades conocidas como identidades no binarias. Por ejemplo, según los sociólogos, género fluido se refiere a aquellos que se definen como transeúntes o nómadas de género, es decir, que no se identifican como masculinos o mujeres, sino como personas en tránsito. La identidad de género a menudo precede a la orientación sexual.

Expresión de género

La expresión de género incluye conductas y comportamientos relacionados con el género. Funcionamos en la sociedad como hombres o mujeres, asumimos roles de género.

Cuándo empezar a hablar de diversidad sexual

La mayoría de los estereotipos provienen de conceptos mixtos de orientación sexual, identidad de género y expresión de género. Puso un ejemplo para aclarar conceptos erróneos: Cuando a un niño le gusta el rosa o una princesa, podemos hablar de expresión de género, pero no significa que sea trans. No nos dice nada sobre su sexualidad.

Recomendamos abordar primero la expresión de género de los niños pequeños, ayudándolos a desarrollar una perspectiva más amplia sobre las cosas de niños y niñas, evitando así la intolerancia de género y, en última instancia, el sexismo o el machismo.

En esos primeros años, también puede servir para potenciar la presencia de familias muy diversas en el entorno: familias monoparentales reconstituidas, separadas, con dos madres, dos padres, familias de acogida…

Las historias pueden ser un gran aliado. Los niños pueden leer historias sencillas ambientadas en un contexto que respeta la diversidad. Por ejemplo, en el libro Por cuatro esquinitas de nada, el protagonista es un cubo pequeño al que le gusta jugar con amigos redondos, pero no puede reunirse con ellos en la casa grande porque la puerta es redonda.

A medida que crecen, los niños pueden encontrarse con otras realidades, como las parejas transgénero. Algunas personas tienen una identidad de género diferente a la que nacieron. Cuando vives eso desde pequeño, lo entiendes mejor, y explica que en su obra ha comenzado a tener una realidad transgénero desde la edad de tres, aunque no es lo más común. En otros casos, empiezan por 6, 7, 8… muy diferentes.

Respetar las decisiones de los menores

Los menores transgénero continúan experimentando discriminación en su vida diaria, pero se está avanzando en diferentes áreas para eliminarla. Cada vez son más los centros educativos que entienden que no se puede obligar a una persona a vivir lo que Martín llama una “doble vida”. Ya existen varias leyes autonómicas que obligan a los colegios a respetar la identidad de género de los menores, y esto podría extenderse a todos los lugares públicos: baños, gimnasios, funciones escolares…

Equipo Psiquiatras Online

 


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