El chemsex es una conducta sexual que involucra drogas sintéticas y relaciones sexuales, principalmente en la comunidad LGTB pero también entre heterosexuales. Se utiliza principalmente en encuentros a través de aplicaciones de citas como Grinder. Las drogas utilizadas, como la mefedrona y la metanfetamina, generan desinhibición y éxtasis, prolongando las sesiones de actividad sexual. Esto puede llevar a orgías prolongadas y peligrosas, aumentando los riesgos físicos y de infecciones sexuales.
¿Qué causas alimentan el fenómeno?
El chemsex, una tendencia que involucra drogas y sexo, tiene una explicación psicológica basada en estudios cualitativos. Los participantes a menudo muestran baja autoestima y confianza, lo que dificulta relacionarse y coquetear con quienes les atraen. Participar en eventos de chemsex les permite superar estas inhibiciones y sentirse más cómodos en situaciones sociales.
Los efectos psicológicos
Los efectos psicológicos y físicos de las drogas utilizadas en el chemsex son destacados por medios como el British Medical Journal. El cristal y la mefedrona aceleran el ritmo cardíaco, generando euforia y atracción sexual. El hidroxibutirato actúa como desinhibidor y analgésico. Estas sustancias pueden llevar a dependencia y pérdida de noción de realidad y tiempo, lo que plantea preocupaciones tanto mentales como físicas en estas festividades.
Efectos fisiológicos
La práctica del chemsex tiene efectos físicos significativos. El consumo de GHB puede mantener a una persona despierta durante 76 horas sin alimentos ni agua, lo que es devastador para el cuerpo. Esto crea dependencia fisiológica y puede deteriorar relaciones sentimentales, basándose principalmente en el deseo sexual. Además, el chemsex aumenta el riesgo de contagio de enfermedades sexuales como hepatitis C y el VIH, ya que el intercambio de parejas es frecuente y las medidas de protección suelen ser insuficientes.
¿Cómo se puede prevenir el chemsex?
Expertos médicos de reconocidos centros como el Clínic de Barcelona y el Hospital Rey Juan Carlos de Madrid han señalado la dificultad de controlar el fenómeno del chemsex debido a su naturaleza y forma de convocatoria. Los participantes se citan a través de aplicaciones móviles o grupos privados en redes sociales como Facebook o Telegram, y las fiestas suelen realizarse en lugares no públicos como casas o clubes privados, lo que complica su supervisión. Sin embargo, gracias a la difusión mediática y la concienciación, las autoridades están implementando planes educativos, documentales y programas de ayuda para abordar los peligros del chemsex y asistir a quienes han experimentado sus consecuencias.
Equipo Psiquiatras Online