El sueño, una función esencial para el cuerpo humano, no solo ofrece descanso sino que también desencadena una serie de procesos cruciales para el funcionamiento óptimo del cerebro. Uno de los aspectos más notables es su influencia en la memoria, lo que resalta la importancia de un descanso adecuado para facilitar el aprendizaje tanto de conceptos como de tareas.
A pesar de invertir aproximadamente un tercio de nuestras vidas en dormir, a menudo subestimamos su valor y llegamos a considerarlo tiempo perdido, especialmente durante épocas de exámenes o trabajo intenso. No obstante, ocurre todo lo contrario: el sueño cumple una función vital en el cuerpo al equilibrar y supervisar los sistemas vitales, y en el cerebro tienen lugar procesos fundamentales que contribuyen a la consolidación de la memoria.
Durante el sueño, aproximadamente una quinta parte del flujo sanguíneo del cuerpo se dirige hacia el cerebro, lo que desencadena un período de reestructuración intensa y activa. Esta fase es esencial para el correcto funcionamiento de la memoria.
Herman Ebbinghaus, un psicólogo del siglo XIX, demostró que tendemos a olvidar alrededor del 40% de lo que aprendemos en los siguientes 20 minutos. Afortunadamente, este fenómeno puede evitarse mediante la consolidación de la memoria, un proceso a través del cual los conocimientos se trasladan de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, facilitado por el hipocampo.
Desmontar mitos comunes
Las investigaciones de Brenda Miller en la década de 1950 y de Eric Kandel en los años 90 han arrojado una luz más detallada sobre el proceso de consolidación de la memoria en la actualidad. Para solidificar nuestros recuerdos, la información sensorial se transcribe y almacena temporalmente en las neuronas en forma de memoria a corto plazo. Desde esta etapa, viaja al hipocampo, donde se fortalecen y mejoran las neuronas en esa región. Posteriormente, se generan nuevas conexiones sinápticas que refuerzan la red neuronal, creando un camino por el cual la información regresará como memoria a largo plazo.
No obstante, no todos los recuerdos son almacenados de la misma manera, lo que explica por qué algunos detalles se olvidan mientras que otros se mantienen en nuestra mente. La formación de la memoria está influenciada por diversos factores, y uno de los más influyentes en su consolidación es, precisamente, el sueño.
Las infusiones ayudan
El ciclo del sueño comprende cuatro etapas (fase uno, fase dos, sueño de ondas lentas y movimiento rápido de los ojos -REM-). Durante las dos fases más profundas, los electroencefalogramas registrados en individuos han evidenciado impulsos eléctricos interconectados entre el tronco encefálico, el hipocampo, el tálamo y la corteza cerebral, los cuales desempeñan un papel crucial en el proceso de formación de recuerdos, funcionando como repetidores.
Además, investigaciones han comprobado que las diferentes etapas del sueño contribuyen a fortalecer diversos tipos de memoria. Según los hallazgos, lo óptimo es acostarse tres horas después de haber estado involucrado en el estudio de conceptos teóricos, y una hora después de haber realizado actividades físicas.
Equipo Psiquiatras Online