El autosabotaje ocurre cuando tú mismo, muchas veces sin darte cuenta, te conviertes en el principal obstáculo entre lo que deseas y lo que logras. Es esa fuerza invisible que te empuja a procrastinar, a minimizar tus logros, a renunciar antes de tiempo o a tomar decisiones que te alejan de tus metas. Aunque parezca contradictorio, este patrón es más común de lo que imaginas.
El autosabotaje suele enmascararse con excusas como no tener tiempo, no estar listo, no ser lo suficientemente bueno. Detrás de esas ideas se esconde un miedo profundo al fracaso, al juicio o incluso al éxito. Muchas personas han aprendido desde pequeñas que brillar tiene consecuencias, que destacar trae envidia o que equivocarse no está permitido. Por eso, sin saberlo, desarrollan estrategias inconscientes para evitar avanzar.
Este comportamiento afecta cualquier área de la vida. En lo personal, se manifiesta en relaciones que repites aunque sabes que no te hacen bien. En lo laboral, cuando postergas tus proyectos o rechazas oportunidades por miedo a no estar a la altura. En lo emocional, cuando te castigas por sentir o te autosaboteas cada vez que estás por ser feliz.
Comienza por verte
La buena noticia es que se puede desactivar este patrón. El primer paso es observarte con honestidad. Pregúntate en qué momentos tiendes a frenarte, qué pensamientos aparecen justo antes de dejar algo a medias o de evitar una oportunidad. Tal vez te repites que no vale la pena intentarlo o que vas a fracasar de nuevo. Esos mensajes internos tienen historia, pero no tienen por qué definir tu presente.
Luego, empieza a cuestionar esa narrativa. ¿De verdad no puedes? ¿O tienes miedo? ¿Ese juicio interno te protege o te limita? Cambiar el diálogo interno es clave para dejar de ser tu propio enemigo. Reemplaza frases dañinas por otras más realistas y compasivas. Reconoce tus logros, aunque sean pequeños. Empieza a hablarte como lo harías con alguien que quieres.
Establece objetivos concretos y alcanzables. No se trata de cambiar todo de golpe, sino de crear pequeños actos de confianza que te demuestren que sí puedes avanzar sin autosabotearte. Cada paso es una victoria.
Y si sientes que este patrón es muy fuerte o te acompaña desde hace mucho tiempo, busca ayuda profesional. Un terapeuta ayuda a entender el origen del autosabotaje y darte herramientas para construir una relación más sana contigo.
Tú no estás roto. Estás aprendiendo a dejar de luchar contra ti mismo. Y ese ya es un gran paso hacia la libertad personal.
Equipo Psiquiatras Online