• Augusto Leguía Sur 79, of. 407, Las Condes, Santiago de Chile

Autoestima en personas introvertidas

Vivir con una autoestima que sea beneficiosa para nosotros es una de las necesidades fundamentales que todos los seres humanos tenemos. Esta autoestima saludable nos permite experimentar bienestar y construir relaciones positivas. A su vez, es importante reconocer que la diversidad en la naturaleza humana es natural, y esto incluye la introversión.

Es bastante común que algunas personas piensen que aquellos con tendencias introvertidas pueden tener dificultades con su autoestima o que, de alguna manera, la falta de autoestima los lleva a la introversión o al aislamiento social. Esto ha llevado a la propagación de algunos mitos, como una “rueda de emociones” en línea que relaciona la introversión con emociones negativas (es importante destacar que esta rueda carece de base científica y no tiene fundamento). Estos conceptos erróneos sobre la relación entre la autoestima y la introversión son bastante comunes y pueden afectar a muchas personas.

Con frecuencia, individuos buscan ayuda profesional debido a ciertas inseguridades y temores relacionados con sus interacciones sociales. Pueden sentirse incómodos en grupos grandes, tener dificultades para hablar en reuniones o experimentar incomodidad al conocer personas nuevas. La pregunta clave aquí es si estos problemas están realmente relacionados con la autoestima o si hay otros factores en juego que necesitan ser abordados.

Es fundamental comprender que la autoestima no es un objeto que puede ser “alto” o “bajo” y que se gana o se pierde. En lugar de eso, la autoestima es una forma de comportarse y relacionarse con uno mismo, que afecta cómo nos relacionamos con el mundo y con los demás. La autoestima puede ser funcional o disfuncional en función de si se basa en la satisfacción personal derivada de nuestras propias acciones, decisiones y elecciones, o si depende de factores externos, como la comparación con los demás o la búsqueda de validación constante.

La introversión, por otro lado, no se trata de timidez o falta de socialización. Es una forma natural de procesar la información. Las personas extrovertidas suelen procesar muchos estímulos a la vez, de manera superficial, y disfrutan de situaciones estimulantes y sociales. Por el contrario, las personas introvertidas tienden a procesar menos estímulos pero de manera más profunda y analítica. Esto puede llevar a que prefieran la soledad en momentos menos estimulantes y a ser más selectivas en sus interacciones sociales.

La relación entre la autoestima y la introversión radica en la presión social y la falta de autoconocimiento. Muchas personas introvertidas sienten la necesidad de forzarse a ser más sociables o a participar más en situaciones públicas, confundiendo su introversión con timidez o inseguridad. Esto puede llevar a una falta de autenticidad y al agotamiento emocional.

El verdadero problema radica en la falta de aceptación personal. Construir una autoestima funcional y duradera implica tres aspectos clave:

  • Autoconocimiento: Comprender quiénes somos y qué necesitamos realmente, más allá de las expectativas sociales.
  • Comunicación asertiva: Aprender a establecer límites claros y a comunicarnos de manera honesta, lo que nos permite construir relaciones más auténticas.
  • Gestión emocional: Aprender a manejar los miedos e inseguridades relacionados con la aceptación social, lo que contribuye a una mayor autoaceptación y confianza.

Cambiar estas dinámicas lleva tiempo y esfuerzo, pero contar con apoyo y compañía en este proceso puede ser esencial. Profundizar en el autoconocimiento y resolver estas cuestiones a través del cambio y el aprendizaje personal es un camino hacia una autoestima que funcione de manera saludable y sostenible.


Agenda aquí
  • ONLINE
  • PRESENCIAL
×