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3 técnicas cognitivo conductuales efectivas

La exploración de diversas estrategias destinadas a asistir a individuos en la gestión y enfrentamiento de diversos desafíos psicológicos y conductuales es una característica continua en el ámbito de la psicología. A lo largo de su historia, que aunque relativamente breve, ha sido rica en avances, diversas personalidades y corrientes de pensamiento han logrado concebir técnicas con diferentes grados de eficacia para abordar tales problemas y trastornos.

El paradigma cognitivo-conductual

Originado mediante la amalgama de las técnicas y procedimientos conductistas, los cuales persiguen la comprensión científica basada en lo observable, y el entendimiento de que tras la conducta yace una variedad de procesos psicológicos que explican las razones detrás de nuestras acciones, pensamientos y emociones, el enfoque cognitivo-conductual se sustenta en el abordaje de los aspectos cognitivos con el propósito de generar una transformación profunda y significativa en la conducta.

Este enfoque se construye sobre el legado del conductismo, adaptando y aplicando diversas técnicas características de esta corriente para asegurar que la modificación conductual no sea un mero proceso mecánico y pasajero, sino que incite un cambio en la percepción de la realidad y la comprensión de los problemas en los individuos. Asuntos tales como el procesamiento de información, los mecanismos de afrontamiento, el autoconcepto, la autoestima, así como otras variables como habilidades, creencias y actitudes hacia el entorno, son tomados en consideración.

Mediante los métodos derivados de este enfoque, se abordan una amplia gama de trastornos mentales con un enfoque científicamente respaldado y centrado en la problemática actual. La intervención se basa en los síntomas presentes, buscando mejorar la calidad de vida del paciente y aliviar su malestar.

Una decena de técnicas cognitivo-conductuales

Dentro del enfoque cognitivo-conductual, se disponen de diversos tratamientos, terapias y técnicas que tienen como objetivo mejorar la condición del paciente. Muchas de estas técnicas evolucionan a partir del conductismo, integrando elementos cognitivos. A continuación, se describen de manera concisa algunas de estas técnicas empleadas en este enfoque.

Técnicas de exposición

Este tipo de técnicas se utilizan principalmente en casos de fobias y trastornos de ansiedad y control de impulsos. Se fundamentan en confrontar al paciente con el estímulo que teme o que genera ansiedad, buscando reducir gradualmente esa ansiedad. De esta manera, el paciente aprende a manejar su conducta ante el estímulo y, a nivel cognitivo, reestructura los patrones de pensamiento que le causan malestar frente a esa situación o estímulo.

Por lo general, se establece una jerarquía de estímulos temidos entre el paciente y el terapeuta. Luego, el paciente se acerca progresivamente a esos estímulos, enfrentándolos de manera gradual. La velocidad de exposición varía según la comodidad del paciente para afrontar lo que le causa temor.

Las técnicas de exposición pueden aplicarse de diferentes formas, ya sea en situaciones reales, imaginadas e incluso aprovechando la tecnología para realizar exposición a través de realidad virtual.

Desensibilización sistemática

Aunque la desensibilización sistemática comparte similitudes con la técnica de exposición, al establecer una jerarquía de estímulos que generan ansiedad para que el paciente se enfrente gradualmente a ellos, se diferencia por su enfoque en entrenar al paciente en la realización de respuestas que sean incompatibles con la ansiedad antes de la exposición.

Este método busca reducir la ansiedad y la evitación de situaciones y estímulos al enseñar al paciente a realizar conductas que contrarresten la aparición de la ansiedad, con el objetivo de lograr un contracondicionamiento que se generalice con el tiempo.

Existen diferentes variantes de esta técnica, como las escenificaciones emotivas que se utilizan especialmente con niños y se introducen los estímulos gradualmente en un contexto agradable, la imaginación emotiva que emplea imágenes mentales positivas para reducir la ansiedad, y la desensibilización por contacto en la cual el terapeuta ejerce como modelo para enseñar al paciente cómo actuar.

Técnica de la flecha ascendente

La técnica de reestructuración cognitiva es fundamental en el tratamiento de diversos trastornos psicológicos y está presente en muchas terapias cognitivo-conductuales. Su enfoque se centra en modificar los patrones de pensamiento del paciente a través de diversos métodos. Esto implica identificar los patrones de pensamiento actuales y su impacto en la vida del paciente, y luego colaborar con el paciente para desarrollar alternativas cognitivas más adaptativas.

La técnica se lleva a cabo mediante una serie de preguntas que exploran las razones detrás de las respuestas del paciente a temas importantes para ellos y relacionados con su motivo de consulta. A medida que se profundiza, el paciente enfrenta preguntas que desafían sus creencias y pensamientos arraigados, lo que puede llevar a cuestionamientos sobre su identidad, comportamiento y experiencias.

La reestructuración cognitiva es parte de un proceso más amplio de cambio de patrones de pensamiento y creencias irracionales a otros más adaptativos. Se busca modificar actitudes, creencias y perspectivas para que la persona interprete las situaciones de manera diferente y establezca nuevos objetivos y expectativas. Estos cambios pueden conducir a la formación de nuevos hábitos y la eliminación de rutinas perjudiciales, lo que a su vez puede facilitar la participación en contextos y tareas terapéuticas que antes eran evitados debido a las creencias limitantes.

Equipo Psiquiatras Online

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